En caso de reparación de un vehículo de más de 10 años por un importe inferior a la franquicia o no cubierto por el seguro (y cuyo elemento dañado no haya sido sustituido en los últimos 10 años), un coeficiente de obsolescencia del 5% anual a partir del 11º año permitirá distribuir el importe a pagar entre el propietario del vehículo y el viajero responsable. Este reparto de costes puede alcanzar un máximo del 50% entre las partes.
El deterioro debido a la edad sólo afecta a las piezas de recambio y a las partes estructurales sujetas a desgaste. Si el vehículo tiene más de 10 años pero la pieza o el elemento afectado por el desgaste ha sido cambiado hace menos de 10 años, no se puede aplicar el coeficiente de depreciación (previa presentación de una factura de sustitución).
La mano de obra y el IVA siguen siendo responsabilidad exclusiva del viajero cuando es responsable.